La ciudad iraquí de Mosul está destruída. Después de que el ejército iraquí haya tenido que entrar casa por casa en la porción este de la ciudad-para asegurarse que un lobo solitario de Daesh (ISIS) no se encontrara escondido-esta área no se libra aún de los artefactos explosivos dejados allí por el grupo terrorista los cuales causan muertes de soldados, milicianos y civiles a diario. En Mosul, solo quedan trincheras y cuerpos humanos los cuales son degradados por el tiempo. Luego de que el ejército iraquí y la coalición internacional haya bombardeado zonas densamente pobladas, (y tras probablemente haberse llevado a cabo el uso de armas químicas en la zona oeste de la ciudad), los estragos de este conflicto han sido abrumadores. Sin embargo, la convocatoria escrita y grabada realizada por el autoproclamado califa de Daesh, Abu Bakr al-Baghdadi, para que sus barbudos se fueran de Irak y se asentaran en Raqqa (Siria) para desde ahí dar la batalla final, es una gran noticia. Interesantemente, se estima que solo quedan 500 yihadistas de Daesh en la porción oeste de la ciudad y el resto ha escapado a Raqqa, o han muerto. Ante la inminente caída de la comarca oeste de Mosul-gracias a la coalición internacional liderada por Estados Unidos, las milicias chiíes apoyadas por Irán, los “Peshmerga,” los asesores militares de la OTAN y el ejército iraquí- Irak estará en menos de dos meses liberada totalmente de Daesh.
Pero la batalla contra el ISIS no acaba ahí. La lucha por erradicar a Daesh “de la fas de la tierra” como ha prometido el Presidente Trump, pasa ahora a Siria. Para llevar estas palabras a la práctica, el Presidente Trump ha movilizado allí a 500 soldados de la 11ª Unidad Expedicionaria de Marines. Sin embargo, esta movida tiene otras intenciones. Tras la agresiva campaña de Turquía en atacar con armamento pesado y aéreo a la coalición kurdo-árabe que apoya Estados Unidos al norte de Siria, la movida de Trump hará que Turquía se vea obligado a no atacar más a este grupo ya que dicha coalición estará acompañada de soldados estadounidenses. Turquía, quien justifica sus acciones argumentando que los kurdos al norte de Siria están proscritos al Partido de los Trabajadores del Kurdistán, pisó suelo sirio por primera vez en Agosto de 2016. Con la Operación Escudo del Eúfrates, legitimaba sus acciones argumentando que lo hacía para crear una zona de 500 km² libre de “terroristas y kurdos.” Esta tesis me parece un poco rara porque cuando comenzaron la operación junto al Ejército Libre Sirio para “liberar” Jarabulus, la ciudad estaba literalmente vacía y en solo 10 horas la pudieron ocupar cabalmente. A pesar de ello, no han podido esconder los constantes ataques realizados contra los kurdos en la ribera este del éufrates.
Turquía argumenta que espera ocupar esta área para poder crear una zona de seguridad que pueda acoger a refugiados. Sin embargo, ni la OTAN ni nadie se cree este cuento. Todos sabemos que es una movida para provocar a Bashar Al-Assad quien está ocupado en mantener las cinco principales urbes del país en su poder. Pero también, la Turquía islamista de Erdogan buscar establecer así una posición estratégica para atacar a los kurdos al norte de Siria quienes buscan crear una región autónoma kurda. Por lo que es obvio que esta operación es para atacar lo kurdos, dando paso a que Daesh y otros grupos terroristas se fortalezcan en la región. Por otro lado, hay muchos aspectos que habrá que enmendar más allá del daño que Daesh ha hecho contra la infraestructura iraquí o siria. Entre estos daños, destaca el contraatacar el radicalismo que sembraron estos animales en los niños y los trastornos psicológicos dejados en la población que controlaron. Ante este escenario, Humans Rights Watch (HRW) está preocupada de cuales van a ser las acciones que tomará el gobierno y el ejército iraquí sobre aquellos que apoyaron a Daesh, como los adolescentes que batallaron junto a ellos. Muchos de estos niños solo aprendieron a sumar y restar peines, a contar la cantidad de balas que una pistola puede usar y porqué hay que matar a los cristianos y los judíos.
La inquietud de HRW no sólo es legítima, sino que evoca la preocupación de si por ejemplo estos adolescentes-yihadistas van a ser reintegrados a la sociedad o si van a ser encarcelados. Me parece a mí, que la segunda no sólo agilizará más su radicalización, sino que violará la Declaración de los Derechos del Niño de 1959 la cual Irak firmó en 1994. También, destaca la falta de medidas a corto plazo por parte del gobierno iraquí para reconstruir el país y democratizar aún más sus instituciones gubernamentales. De hecho, la razón por la que muchas personas apoyaron a Daesh en 2014 tras haber ocupado a Mosul fue por el orden, la seguridad, la provisión de agua, alimentos y otros servicios de primera necesidad que el gobierno iraquí (de corte chiita) no les daba por ser una población mayormente sunita. Por lo que es menester que Irak busque crear un fondo internacional el cual ayude a que en un plazo de 12 años se reconstruya la infraestructura del país y mantenga un régimen de seguridad fuerte en todas las zonas en las que Daesh se encontraba. Es necesario que Irak cree un plan nacional para des-radicalizar a sus ciudadanos, reintegrarles a la sociedad (quizás a través del ejército) y combata a los extremistas religiosos (tanto chiitas como sunitas) que abundan en el país.
Por ejemplo, la reconstrucción de los 5 puentes que sobrepasan el Río Tigris y los cuales Daesh destruyó hará que ambas riberas territoriales puedan comunicarse de nuevo. Esta idea da paso a mi argumento de que movidas tan pequeñas como estas son críticas para hacer que un país tan polarizado, multiétnico, multireligioso y pluricultural pueda comunicarse e interactuar de nuevo. Sin embargo, esta tarea será muy ardua ya que-por ejemplo-los líderes políticos del Kurdistán Iraquí han dejado claro que después de que finalice la lucha contra Daesh ellos buscarán la independencia. Y créanme, si esta idea se formaliza y si Irak quiere evitar otra guerra civil, es mejor que dejen a los kurdos del Irak actual seguir su propio rumbo. Para concluir con el caso iraquí, me parece crítico que es tiempo de que Irak acabe con la burocracia gubernamental la cual lleva al país a otro frente de batalla innecesario (la mayoría de los ciudadanos trabajan para el estado). De hecho, entre 2014 y 2015, Irak seguía pagando sus salarios a los empleados públicos bajo el yugo de Daesh.
En el caso de Siria, creo que es necesario el que a los kurdos se les permita crear un gobierno federal autónoma dentro del marco soberano del estado sirio y que Bashar se quede en el poder. Esta “permanencia” debe darse dentro de un acuerdo en el que Al-Assad apoye un proceso electoral totalmente libre y el cual incluya el retorno de los 13 millones de desplazados. También, es crítico el que se alcance un acuerdo de paz con la oposición moderada. Solo así, de manera organizada, se podrá concentrar el poder militar de todos los reactantes claves en el conflicto para que puedan acabar con Al-Nusra y Daesh en el país. En el pasado, el Medio Oriente fue el laboratorio del experimento geopolítico más desastroso de la historia con el “Acuerdo de Sykes-Picot.” Hoy, los mismos “científicos” que crearon este desastre, buscan arreglar un monstruo que jamás volverá a ser “normal.” Porque nunca, ese monstruo durmiente, fue normal.
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